Mi jornada de trabajo

Es mi pequeña hermana Masha quien suele comenzar el día en nuestros apartamentos. Ya se levantó mucho antes de que mi reloj habrá sonado.

Soy una dormilona lo que mi hermana nombra así: la cabeza soñolienta. En días de trabajo me levanto a las seis en punto. En la primavera o en el otoño salto de la cama, corro hacia la ventana y dejo que el aire fresco entre en la habitación. El sol brillante y el canto de aves me da un buen humor para todo el día. El el invierno no soy tan rápida en abandonar la cama y meto la cabeza bajo la almohada fin-giéndome no oír el despertador. Pero me da igual, es tiempo para prepararme a salir de casa.

Me toma poco tiempo hacer la cama y bañarme. A las seis y cuarto ya está lista a desayunar. El desayuno como dicen doctores debe ser la comida más importante. No tengo tiempo ni deseo para prepararla, así que trago un vaso de café y unos bocadillos.

Salgo de casa a las siete menos veinte porque vivo cerca de la escuela. Necesito diez mi-nutos para llegar. Por el camino me encuentro con mis condiscípulos y nosotros vamos juntos.

Las clases comienzan a las siete en punto y duran hasta las doce y media. Suelo tener cin-co o seis lecciones al día. El recreo no dura más de diez o quince minutos. Es un tiempo apenas alcanzable para tomar un bocado en el comedor pero yo sí lo puedo.

Regreso a casa a la una. Como de costumbre tomo almuerzo en cuanto regrese porque tengo muchísima hambre después de las clases. Mi almuerzo consiste en tres pla-tos: plato de sopa, un poco de carne con vegetales y una copa de té.

Luego retiro de la mesa y lo lavo todo. Al terminar leo un poco o puedo mirar la televi-sión o escuchar la radio. Si el día ha sido muy difícil puedo echar un sueño.

Si me siento descansada pongo en orden mi habitación y si hay necesidad voy de compras. Después me siento a la mesa y cumplo los deberes de casa. Me toma dos horas o un poquito más para terminarlo todo.

Por las noches me gusta emprender un paseo y visitar a mis amigos. Después de una ligera cena suelo leer durante una hora y me acuesto.