El territorio.

Presenta una diversidad geográfica muy marcada en un territorio relativamente reducido, de unos 32.000 km2 con una franja marítima de unos 580 km.

Cataluña tiene en la actualidad más de 7 millones de habitantes; Barcelona es la capital y una de las grandes ciudades del Mediterráneo. Administrativamente, se superpone la división estatal en provincias (Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona) con una división de la Administración catalana en 41 comarcas.

En estos momentos, hay en Cataluña 946 municipios. De los cuales 28 no superan los 100 habitantes; 492 se encuentran entre los 100 y los 1.000 habitantes; 254 entre los 1.001 y los 5.000; 120 entre los 5.001 y los 20.000; 31 entre los 20.001 y los 50.000, y 21 por encima de los 50.000 habitantes. Sin embargo, el 70% de la población catalana vive en los 45 municipios que superan los 20.000 habitantes.

Cataluña limita al este con el Mediterráneo, al norte con Francia y Andorra, y al oeste y al sur con las comunidades autónomas de Aragón y Valencia. Esta situación estratégica ha favorecido una relación muy intensa con el resto de países mediterráneos y con la Europa continental.

Las grandes unidades de relieve son los Pirineos-Prepirineos, la Depresión Central o del Ebro y el Sistema Mediterráneo Catalán, además de las llanuras litorales y la Cordillera Transversal.

El clima de Cataluña es de tipo mediterráneo, con muchas horas de sol, suave en invierno y caluroso en verano. Los Pirineos y las zonas afines tienen clima de alta montaña, con mínimas bajo 0oC, precipitaciones anuales por encima de 1.000 mm y nieve abundante en invierno. En la costa, clima suave y templado, con temperaturas que aumentan de norte a sur, inversamente a la pluviosidad. El interior, alejado del mar, tiene un clima continental mediterráneo, con inviernos fríos y veranos muy calurosos.

La población.

Su enclave privilegiado en el Mediterráneo ha hecho del territorio catalán un lugar de paso, de intercambio de ideas, costumbres y personas que han configurado la cultura y las tradiciones catalanas. La sociedad catalana, que en estos principios del siglo XXI ha superado los 7 millones de habitantes, se ha construido a partir de este intercambio, fruto de una larga historia de migraciones y transacciones comerciales con otras culturas y naciones.

Los catalanes tienen una intensa tradición asociativa que configura uno de los ejes integradores de la sociedad civil. Existen asociaciones de ocio, de defensa de los derechos humanos y sociales, de vecinos, de padres de alumnos, de género y también de colectivos de inmigrantes.

En Cataluña se han producido varias olas migratorias. En 1900 tenía cerca de 2 millones de habitantes y entre los años 1950 y 1970 ya contaba con más de 5 millones a raíz de la llegada de un gran contingente migratorio procedente de distintos puntos de España (especialmente Andalucía, Murcia y Extremadura).

La segunda ola migratoria comenzó a destacar a principios de los años 90 y con la entrada del nuevo siglo coge más fuerza, de modo que desde 1992 hasta el 2006 la población aumenta hasta los 7 millones de habitantes.

Aproximadamente el 60% de la población de Cataluña vive en el área metropolitana de Barcelona. Las zonas más despobladas se encuentran en las comarcas pirenaicas. La tasa de natalidad en 2003 era del 11,1% y la tasa de mortalidad del 9,1%. Por otro lado, la tasa de crecimiento natural (diferencia entre nacimientos y defunciones) es del 2%. En cuanto a la pirámide de edades de la población catalana, el grupo más numeroso es el que representa la franja de edad de los 20 a los 50, a pesar de que en los ultimos años, como pasa en la mayoría de sociedades acomodadas, se percibe un cierto envejecimiento de la población y un incremento de la esperanza de vida, que llega a los 80 años (una de las más altas del mundo).

La organización política.

Cataluña es una Comunidad Autónoma que ejerce su autogobierno de acuerdo con la Constitución y con el Estatuto de autonomía de Cataluña, que es su norma institucional básica. La Generalitat de Cataluña es el sistema institucional en que se organiza políticamente el autogobierno, e integra el Parlamento, el Presidente y el Gobierno.

  • El Parlamento es la sede donde se hace público el debate político, ejerce la potestad legislativa, aprueba los presupuestos de la Generalitat y controla e impulsa la acción política y de gobierno. Se compone de un mínimo de cien Diputados y un máximo de ciento cincuenta, elegidos por los ciudadanos de las listas electorales que presentan los partidos políticos, para un plazo de cuatro años, mediante sufragio universal, libre, igual, directo y secreto.
  • El presidente o presidenta tiene la más alta representación de la Generalitat y dirige la acción del Gobierno. También tiene la representación ordinaria del Estado en Cataluña.
  • El Gobierno es el órgano superior colegiado que dirige la acción política y la Administración de la Generalitat.

Además de estas tres instituciones básicas, también forman parte de la Generalitat, como órganos de garantía y control, el Síndic de Greuges (garante de los derechos y las libertades de los ciudadanos), la Sindicatura de Cuentas (efectúa el control de las cuentas económicas de las instituciones públicas de Cataluña) i el Consejo de Garantías Estatutarias (vela por la adecuación al Estatuto y a la Constitución de las disposiciones de la Generalitat).

Organización institucional propia de Arán

El régimen especial de Arán reconoce a esta entidad territorial una personalidad jurídica propia i plena autonomía para cumplir sus funciones, que se concreta en una organización institucional y administrativa específica. La institución de Gobierno de Arán es el Conselh Generau, que está formado por el Síndic, el Plen des Conselhérs e Conselhéres Generaus y la Comission d'Auditors de Compdes. El Síndico o Síndica es la más alta representación y la ordinaria de la Generalitat en Arán.

La historia.1 Antes de Cataluña.

Cataluña es un país de la Europa mediterránea que se sitúa en el triángulo nororiental de la Península Ibérica. Su situación la ha convertido, históricamente, en una tierra de paso, donde han confluido distintos pueblos y culturas.

Habitado ya en época prehistórica -los primeros restos fósiles conocidos pertenecen al Paleolítico Medio-, el territorio catalán fue colonizado por los griegos, los cuales fundaron, hacia el 600 a.C., la factoría de Emporion (Empúries). ésta y la de Rode (Roses), fueron dos de las colonias griegas más occidentales. La presencia de griegos, fenicios y cartagineses en la costa catalana ejerció una influencia decisiva en la configuración de la cultura de los iberos, nombre que griegos y romanos dieron a los pueblos indígenas del traspaís. Durante las guerras púnicas, Emporion mantuvo una sólida alianza con Roma, y en su puerto desembarcaron los ejércitos romanos de Gneo Escipión (218 a.C.), de Escipión (210 a.C.) y de Catón (197 a.C.), que comenzaron la conquista y romanización de la Península Ibérica.

La romanización, que dejó una fuerte huella en Cataluña, se impuso limpiamente hacia finales del siglo I a.C., cuando ya se había consolidado la penetración de la lengua latina, el sistema legislativo y de las estructuras sociales -o sea, la organización urbana y del campo, conectadas por la red de vías de comunicación. La ciudad de Tarraco (la actual Tarragona) se convirtió en capital de la provincia Tarraconense -que comprendía un amplio territorio desde los Pirineos hasta Cartagena-, y fue uno de los grandes centros políticos y religiosos de Hispania, que mantuvo su importancia -bien visible en los importantes restos arqueológicos conservados - durante el Bajo Imperio. Con el Cristianismo se convirtió en centro de un arzobispado.

El reino visigótico, que sucedió al dominio romano, luchó por mantener las estructuras de un imperio centralizado, con sede en Toledo, pero se acabó con la conquista musulmana de la Península: el 714 se produjo la primera penetración arábico-musulmana en las tierras catalanas. La penetración islámica, que tuvo su techo en Poitiers (732), conllevó la arabización de gran parte de la Península Ibérica, incluida la futura Cataluña. Sin embargo, el territorio fronterizo con el Imperio Franco fue progresivamente conquistado desde el norte. En el 785 la ciudad de Girona se dio a los francos, y en el 801 los carolingios conquistaron Barcelona. Fue precisamente alrededor del condado de Barcelona -cuyos primeros condes fueron francos- donde se aglutinaron el resto de condados pirenaicos, que formaban la llamada Marca Hispánica. A partir de Guifré el Pelós (878-897), el condado de Barcelona se convirtió en hereditario, con lo cual se dio el primer paso hacia la soberanía y la constitución de un Estado catalán.

La historia.2 La formación de Cataluña.

El nombre de Cataluña -de etimología incierta, aunque probablemente derivado de "tierra de castillos"- se empieza a utilizar a mediados del siglo XII para designar el conjunto de condados que formaban la Marca Hispánica y que, una vez liberados de la dominación musulmana en el siglo IX, se fueron desvinculando gradualmente de la tutela franca y resultaron soberanos.

Este territorio soberano, conocido como Cataluña Vieja, con una sociedad de carácter eminentemente feudal, inició una importante expansión territorial, que comenzó, en el tránsito de los siglos XI al XII, en tiempos del conde Ramon Berenguer III -el primero en ser llamado monarca de los catalanes-, y en varias direcciones: el levante peninsular, las islas mediterráneas y el norte occitano. Fruto de esta expansión fue la incorporación de la mencionada Cataluña Nueva, al sur y a poniente del río Llobregat y hasta el Ebro, que fue conquistada y repoblada en el siglo XII.

La unión matrimonial del conde Ramon Berenguer IV, de la casa de Barcelona, con Petronila, hija del rey de Aragón, en 1137, posibilitó la formación de la Corona de Aragón y la continuación de la expansión feudal, que empezó por el sur y el poniente musulmán -Tortosa fue conquistada en 1148 y Lleida en 1149.

La historia.3 La expansión medieval.

La gran expansión feudal catalana se da, sin embargo, en el siglo XIII y principios del XIV, con la cual la Corona de Aragón se amplió con los dominios mediterráneos de Mallorca, Sicilia y Cerdeña, además de Valencia. La expansión se inició con el rey Jaume I, que conquistó Mallorca (1229) -de donde expulsó la población musulmana- y Valencia (1238) -territorio al cual se dio el estatuto de reino y que fue repoblado mayoritariamente por catalanes-. Posteriormente, y coincidiendo con el gran desarrollo social y económico de Cataluña en la Edad Media, los dominios catalanes se extendieron por el Mediterráneo hasta Sicilia y Cerdeña.

Paralelamente, y en el tránsito de un sistema feudal a un estado monárquico, se fue configurando un sistema político que tenía como base el pactismo, o sea, la limitación del poder real por parte de las cortes -donde estaban representados la nobleza, la clerecía y la burguesía urbana-. Este sistema constitucional dio lugar a una institución surgida a finales del siglo XIII, la Diputación del General (que, a partir del siglo XVI, fue conocida también como Generalitat), que adquirió progresivamente un papel político.

Sin embargo, a partir de mediados de siglo XIV, se inició una época de crisis demográfica (con el impacto recurrente de la peste), económica y política, que llevará al paroxismo de una guerra civil a mediados del siglo XV.

La historia.4 La unión dinástica con Castilla.

En 1469, el matrimonio del rey Ferran II de Aragón con Isabel de Castilla, llamada la Católica, propició el camino hacia una monarquía hispánica, a pesar de que durante siglos Cataluña mantuvo su condición de Estado, de soberanía imperfecta, pero con sus instituciones propias y con la plena vigencia de sus constituciones y derechos.

Debilitada demográfica y económicamente, y con una monarquía absentista desde la unión dinástica con Castilla, en los siglos XVI y XVII Cataluña vivió un período de decadencia, en oposición al llamado "Siglo de Oro" castellano que siguió a la conquista de América. Las pretensiones unificadoras de la monarquía hispánica estuvieron en la base de un nuevo conflicto de Cataluña con el rey, el levantamiento secesionista conocido como Guerra de los Segadores (1640-1659). El Tratado de los Pirineos (1659), que puso fin a esta guerra, sancionó sin embargo la anexión de los condados de Rosellón y Cerdaña a la monarquía francesa, mientras que las instituciones políticas catalanas pasaron a ser fuertemente controladas por la monarquía hispánica.

La historia.5 1714: Cataluña dentro de la España moderna.

En la Guerra de Sucesión, un conflicto de ámbito europeo en el que estaba en disputa la sucesión a la corona española, Cataluña se puso mayoritariamente del lado del pretendiente austriaco como forma de mantener sus constituciones, en lo que fue conocido internacionalmente como el "caso de los catalanes". El día 11 de septiembre de 1714, sin embargo, Barcelona se rindió a las tropas del pretendiente francés. El Tratado de Utrecht, con el cual se puso fin a la guerra, significó la entronización en España de la dinastía francesa de los Borbones en la persona de Felipe V. Este rey, nieto de Luis XIV, instauró un sistema absolutista de gobierno que comportó, en los territorios de la antigua Corona de Aragón como Cataluña, la liquidación de las instituciones y del sistema constitucional propios mediante el llamado Decreto de Nueva Planta (1716). Cataluña dejaba de tener un estado propio, y se integraba definitivamente a la monarquía española.

La Nueva Planta significó también la sustitución de la lengua catalana por el castellano en todo el ámbito público: la administración, la enseñanza, etc. Ello comportó un declive de la lengua -mantenida sin embargo en el ámbito familiar- y de la cultura catalanas, del que no saldría hasta la llamada Renaixença del siglo XIX. En el terreno económico, y una vez superados los efectos de la guerra y de la ocupación militar, Cataluña experimentó un progresivo proceso de desarrollo agrario, comercial y manufacturero, que puso las bases para la industrialización del siglo siguiente.

La historia.6 Una sociedad industrial.

En el siglo XIX, Cataluña se convirtió en la región más industrializada de España: se ha podido afirmar que Cataluña era la fábrica de España. Este desarrollo industrial -que se basó en el textil, el sector claramente hegemónico- tuvo lugar entre el año 1833, en el que empezó a funcionar en Barcelona la primera fábrica mecanizada movida con vapor, y visperas de la Primera Guerra Mundial, momento en el que la economía catalana ya se podía considerar plenamente industrial.

La industrialización dio lugar a una nueva sociedad, diferenciada del resto de España, con un grado creciente de conflictividad social y con una desavenencia tambien creciente respecto del Estado español, que se consideraba incapaz de responder a los intereses de una sociedad como la catalana. Ello comportó que a lo largo del siglo XIX, y a partir del recuerdo del esplendor medieval y de las libertades perdidas, fuesen sucediendose los movimientos que propugnan el reconocimiento de la personalidad catalana, que van del particularismo de principios de siglo hasta diversas formas de federalismo y de regionalismo. Esta reivindicación se vio impulsada, desde mediados de siglo, por el resurgimiento de la cultura y de la lengua catalanas propugnadas por lo que se conoció como Renaixença.

La historia.7 El catalanismo: de región a nación.

La Renaixença fue, al principio, un movimiento cultural, histórico-literario, que perseguía, en la estela del Romanticismo europeo, la recuperación de la lengua y la literatura propias. Con el tiempo, y particularmente a raíz de la Revolución de 1868 y de su fracaso, el movimiento adquirió un cariz claramente político, orientado a la consecución del autogobierno para Cataluña en el marco del Estado liberal español.

Cataluña en el marco del Estado liberal español. En el ultimo tercio del siglo XIX, el catalanismo fue formulando sus bases doctrinales, tanto en el campo progresista como en el conservador, al mismo tiempo que empezaba a establecer los primeros programas políticos (como las Bases de Manresa, 1892) y a generar un amplio movimiento cultural y asociativo, claramente reivindicativo.

En 1898, España perdió sus últimas posesiones coloniales en Cuba y Filipinas, lo cual no sólo conllevó una crisis de confianza importante, sino que impulsó decisivamente el catalanismo político. En 1901 nació la Liga Regionalista, el primer partido político moderno en Cataluña y España, que en el año 1907, en coalición con otras fuerzas catalanistas (de los carlistas a los federales), agrupadas en la denominada Solidaridad Catalana, ganó las elecciones con el programa regionalista que Prat de la Riba había formulado en "La nacionalitat catalana" (1906).

A pesar de todo, las tensiones sociales -puestas de manifiesto con la creación, en el mismo 1907, de la Solidaridad Obrera- persistieron, y dieron lugar a la rebelión popular de la Semana Trágica (1909) y en el año siguiente a la fundación de la CNT, el sindicato de tendencia anarcosindicalista que fue absolutamente predominante en el primer tercio del siglo XX.

El catalanismo político logró en 1914 la creación de la Mancomunidad, primer ensayo de autogobierno, al cual puso fin la dictadura del general Primo de Rivera (1923). La proclamación de la Segunda República, en 1931, volvió a dar la autonomía a Cataluña, lo cual permitió la recuperación de una institución propia de autogobierno, que llevaría el nombre histórico de la Generalitat y al inicio de un periodo, dramáticamente corto, de recuperación de la normalidad democrática y cultural, que se vio interrumpido por el estallido de la Guerra Civil Española.

La Historia. 8 El franquismo

En el invierno de 1939 Cataluña fue ocupada por el ejército franquista. La victoria del bando llamado nacional y la dictadura que instauró el general Franco comportó, en toda España, el exilio, la muerte y la represión de numerosos militantes republicanos y de los partidos y sindicatos obreros. El nuevo régimen suprimió inmediatamente el Estatuto de Cataluña, reprimió toda manifestación de catalanismo y prohibió el uso público de la lengua catalana. En 1940, el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, capturado en Francia por los nazis, fue entregado a las autoridades franquistas y fusilado en Barcelona.

Después de una larga y dura posguerra, caracterizada por el clima de represión política y social y de atraso económico y cultural, la España franquista experimentó, a partir de la coyuntura de 1959 y pese a las condiciones políticas adversas, un periodo de expansión económica, que fue determinado por la inserción tardía, aunque rápida, de España en general y de Cataluña en un desarrollo europeo más amplio, correspondiente a lo que se ha llamado los 'treinta años gloriosos' (1945-1975).

En este periodo, Cataluña experimentó un gran incremento de la población, que pasó de 3 a 6 millones de habitantes entre 1950 y 1980. Este enorme salto demográfico, que fue posible gracias a la existencia de una industria que necesitaba mano de obra, fue posible por la aportación migratoria de gentes venidas, fundamentalmente, del sur de España. Esta aportación demográfica ha configurado, de una forma decisiva, la sociedad catalana actual.

Historia.9 Democracia, economía e integración europea.

A la muerte de Franco, en 1975, España evolucionó hacia un estado democrático y autonómico, definido en la Constitución de 1978. En 1977 fue restablecida de forma provisional la Generalitat de Catalunya, en la persona de su presidente exiliado, Josep Tarradellas, regresado a Barcelona en octubre de ese año. En 1979 se aprobó el Estatut d'autonomia de Catalunya, que permitía el restablecimiento del autogobierno. En 1986 España se integró dentro de la Unión Europea, dentro de la cual Cataluña propugna el reconocimiento del papel de las regiones como motores del desarrollo económico y del bienestar social. En el periodo 1980-2003, caracterizado por el desarrollo autonómico, gobernó la coalición Convergència i Unió (CiU), encabezada por el presidente Jordi Pujol. En 2003, Pujol fue sucedido por Pasqual Maragall, con un gobierno tripartito (PSC-ERC-ICV), que impulsó la reforma del Estatut d'autonomia de Catalunya para amoldarlo a la nueva realidad catalana. Este nuevo estatuto entró en vigor el 9 de agosto de 2006. El noviembre del mismo año, José Montilla sucedió Maragall como presidente de la Generalitat de Catalunya.

Los símbolos nacionales 1.

Cataluña posee unos símbolos representativos y distintivos propios: la bandera catalana, el himno y la fiesta nacional.

La bandera

La bandera de Cataluña es una bandera de las denominadas heráldicas, por surgir de la traslación del emblema del escudo de los condes de Barcelona a un paño. Posiblemente la bandera, pendón o estandarte de los condes fue anterior al escudo. No tenemos referencia documental de ella hasta el siglo XIII, pero es una de las más antiguas de Europa.

Al principio los palos del escudo eran representados en la bandera tanto vertical como horizontalmente. Esta última disposición fue la que acabó imponiéndose y es la bandera oficial de la nación catalana: cinco fajas amarillas y cuatro rojas, todas del mismo grosor. Fue oficializada por el Estatuto de Autonomía de Cataluña, ley orgánica del Estado de 1979.

El himno

Els Segadors es el himno nacional de Cataluña desde finales del siglo XIX. El texto literario actual se debe a Emili Guanyavents y data de 1899. Utiliza elementos de la tradición oral que ya había recogido anteriormente el escritor y filólogo Manuel Mila i Fontanals en 1882. La versión musical es de Francesc Alió, que la compuso en 1892 adaptando la melodía de una canción ya existente. Vemos, pues, que tras el himno había una primitiva canción nacida a raíz de los sucesos históricos de 1640: la guerra de los catalanes contra el rey Felipe IV, en la que los payeses protagonizaron importantes episodios.

El himno posee las características de un exaltado llamamiento a la defensa de la libertad de la tierra. Solemne y firme, aúna voluntades en favor de la supervivencia de un pueblo que proclama su realidad nacional.

Por Ley del Parlamento de Cataluña de 25 de febrero de 1993, Els Segadors fue declarado himno nacional de Cataluña.

La grabación sonora oficial fue realizada y divulgada en 1994.
TEXTO DEL HIMNO NACIONAL

¡Cataluña, triunfal, volverá a ser rica y grande!
¡Retrocedan esas gentes tan ufanas y arrogantes!
¡Echad mano de la hoz!
¡Echad mano de la hoz, en defensa de la tierra!
¡Echad mano de la hoz!
¡Llegó la hora, segadores!
¡Hora es ya de estar alerta, y para el próximo junio de templar las herramientas! (estribillo)
¡Que tiemblen los enemigos al ondear de la enseña: como las espigas de oro, así caerán las cadenas! (estribillo)

Los símbolos nacionales 2. La fiesta nacional de Cataluña.

La primera ley aprobada por el Parlamento de Cataluña al constituirse en 1980 fue la que declara el 11 de septiembre fiesta nacional de Cataluña en los siguientes términos: "(...) El pueblo catalán en el tiempo de lucha señaló una jornada, la del once de septiembre, como Fiesta de Cataluña. Una jornada que, si bien significaba el doloroso recuerdo de la pérdida de las libertades, el once de septiembre de 1714, y una actitud de reivindicación y resistencia activa frente a la opresión, suponía también la esperanza de una total recuperación nacional. Ahora, al retomar Cataluña su camino de libertad, los representantes del Pueblo creen que la Cámara Legislativa debe sancionar lo que la Nación unánimemente ya ha asumido. Por ello el Pueblo de Cataluña establece, por la potestad de su Parlamento, la siguiente Ley:
"Artículo primero. Se declara Fiesta Nacional de Cataluña el día once de septiembre."
"Artículo segundo. Esta Ley entrará en vigor el mismo día de su publicación en el Diari Oficial de la Generalitat."
"Por lo tanto, ordeno que todos los ciudadanos a quienes sea de aplicación esta Ley cooperen en su cumplimiento y que los Tribunales y Autoridades a quienes corresponda la hagan cumplir."

Los símbolos nacionales 3. La lengua catalana.

El catalán es la lengua propia de Cataluña. En este territorio tiene el rango de lengua oficial junto con el castellano, oficial en todo el Estado español. El catalán también es la lengua de una extensa área del este del Estado español (las Islas Baleares, el País Valenciano y una parte de Aragon -la Franja de Poniente-), de Andorra (donde es la unica lengua oficial), del sur de Francia (la llamada "Catalunya Nord") y de la ciudad italiana de L'Alguer. En conjunto, la lengua catalana se habla en un territorio de 68.000 km2 donde viven casi 13,5 millones de personas. De éstas, se estima que más de 9 millones son capaces de hablarla, mientras que la pueden entender 11 millones.

Es una de las lenguas románicas o neolatinas formadas a raíz de la disolucion del latín, entre los siglos VIII y X, en los territorios del Imperio Carolingio que formaban los condados de la Marca Hispánica. Como en la mayoría de lenguas, se pueden distinguir distintas variedades geográficas: noroccidental, central, septentrional o rosellonés, valenciano y balear.

Los primeros textos escritos en catalán que se conocen son fragmentos de la version catalana del "Forum Iudicum" y el sermonario "Les Homilies d'Organyà", los dos del siglo XII. En los siglos del Renacimiento y el Barroco vivió una etapa de decadencia en cuanto a la literatura culta, pero se mantuvo en la legislación y la Administración y como lengua popular, hasta la Renaixenca (segunda mitad del S. XIX), movimiento que devuelve el catalán a la categoría literaria. A comienzos del S. XX, el catalanismo político reivindica la enseñanza del catalán y el uso de la lengua en la Administración, lo cual posibilita la creación de la normativa moderna gracias, sobre todo, a la tarea del filólogo Pompeu Fabra. Durante la dictadura franquista (1939-1975), fue objeto de persecución sistemática, pero perduró como lengua de transmisión familiar hasta que, con la recuperación de las libertades democráticas, se devuelve la dignidad al catalán y se normaliza su uso en escuelas, medios de comunicación, mundo económico e industrias culturales.

La cultura 1.

Cataluña ha dado figuras importantes en casi todos los ámbitos de la cultura -artes y humanidades- y también en el campo de la investigación científica. La situación geográfica de Cataluña ha facilitado la penetración de las corrientes del arte y del pensamiento europeos; la presencia de una capital de la envergadura de Barcelona ha contribuido a fortalecer y difundir el mundo cultural y científico catalán.

Artes plásticas

A lo largo del tiempo, las artes plásticas han dado obras y figuras espléndidas. El siglo XX ha sido especialmente rico en artistas de renombre internacional, como Picasso (1881-1973), que se formó en Cataluña, y Joan Miró (1893-1983). Salvador Dalí (1904-1989) es otro de los grandes artistas mundialmente reconocidos; adscrito al movimiento surrealista, vanguardista e iconoclasta. También consiguió prestigio internacional a partir de los años cincuenta el pintor Antoni Tàpies, cuya pintura informalista ha ejercido gran influencia.

Diseño

Otro campo en el que Catalunya es un referente indiscutible es el de las artes decorativas. La eclosión del Modernismo, supuso un gran impulso en la factura de muebles, cerámicas, forjas de hierro, etc. y las tendencias modernas del diseño han enraizado con fuerza desde los años sesenta del siglo XX y han convertido Barcelona en un importante centro de diseño industrial. Son figuras destacadas en este campo André Ricard, Miquel Milà, J. A. Coderch, Oscar Tusquets y Xavier Mariscal, entre otros.

La cultura 2. Arquitectura

A lo largo de los siglos, se han ido desarrollando y adaptando los estilos artísticos predominantes en Europa. Iglesias, monasterios, catedrales... Hay muchos ejemplos del románico, muy enraizado en la Catalunya Vieja, y del gótico, estilo que triunfa en las ciudades y, en general, en la Catalunya Nueva.

Por todo el país encontramos ejemplos interesantes de arquitectura renacentista, barroca y neoclásica, pero es el Modernismo, de finales del siglo XIX -época de expansión económica y demográfica-, el que se presenta como arte nacional y da especial importancia a las artes decorativas. Figuras destacadas internacionalmente en este estilo son Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner o Josep Puig i Cadafalch, entre otros.

Durante los años veinte, con el grupo GATPAC, el racionalismo arquitectónico tuvo un interesante florecimiento, con figuras como Josep Lluís Sert, Torres Clavé, Churruca, etc. En la época contemporánea encontramos un interesante grupo de urbanistas y arquitectos, como, por ejemplo, Josep A. Coderch, el equipo Bohigas-Martorell-Mackay, Ricard Bofill, etc.

La cultura 3. Literatura

En el ámbito de las letras, Cataluña ha vivido diversos momentos de esplendor. Inicia con las crónicas historiográficas de los siglos XIII i XIV, las novelas caballerescas de Joanot Martorell y la poesía de Ausiàs Marc. Durante la segunda mitad del siglo XIX irrumpen los movimientos románticos europeos, que dan paso al Renacimiento cultural y político, con el poeta Jacint Verdaguer o el novelista Narcís Oller, seguidos del poeta Joan Maragall o el dramaturgo àngel Guimerà, cercanos al Modernismo.

El primer tercio del siglo XX vive movimientos como el Noucentismo y las primeras vanguardias, con poetas como Josep Carner, Carles Riba o J. V. Foix. Del triste período de la Guerra Civil sobresalen autores como Josep Pla, Mercè Rodoreda o Salvador Espriu, mientras que en el último tercio del siglo encontramos poetas como Miquel Martí i Pol y novelistas como Quim Monzó, en catalán, y notables escritores en lengua castellana, como Juan Marsé, Manuel Vázquez Montalbán o Eduardo Mendoza, que sitúan su obra en la Barcelona contemporánea. Los últimos años, han sido éxitos internacionales remarcables novelas como "L'ombra del vent", de Carlos Ruiz Zafón o "La pell freda", d'Albert Sánchez Piñol.

La cultura 4. Música

La música catalana culta tiene una larga tradición, desde la famosa recopilación del Llibre Vermell de Montserrat, pasando por compositores de la talla de Enric Morera, Enric Granados o Isaac Albéniz, para citar solamente algunos de los nombres más conocidos. En el ámbito de los intérpretes, son figuras muy destacadas el violoncelista Pau Casals, la pianista Alícia de Larrocha y el violinista de gamba y musicólogo Jordi Savall. En lo que respecta a la ópera, destacan grandes voces catalanas como Victoria dels àngels, Montserrat Caballé, Jaume Aragall o Josep Carreras.

En el campo de la música popular, junto a los grandes compositores de sardanas -Pep Ventura, Juli Garreta, es importante la tradición coral y orfeonista, con Anselm Clavé e instituciones de prestigio como el Orfeó Català. Modernamente, la dedicación a todo tipo de géneros musicales ha dado figuras tan interesantes como Tete Montoliu y Jordi Rossy en el jazz; Raimon, Joan Manuel Serrrat, Lluís Llach o Maria del Mar Bonet entre los cantautores; Peret como máximo representante de la rumba catalana; Carmen Amaya, Maite Martín, Duquende o Poveda en flamenco; sin olvidar a grupos de pop y rock como El último de la Fila, Els Pets o Sopa de Cabra, o a autores como Pau Riba y Jaume Sisa, entre muchos otros. Las últimas tendencias, como la música electrónica, experimental e independiente, tienen en Catalunya, y especialmente en Barcelona, un enclave estratégico, con la celebración de festivales como el LEM, el Sònar o el Primavera Sound.

Costumbres y tradiciones (Обычаи и традиции Каталонии)

Cataluña tiene una gran riqueza de costumbres y tradiciones, y las fiestas del calendario litúrgico o las fiestas locales llenan de animación las plazas y calles a lo largo del año.

La sardana es considerada la danza nacional catalana. Se baila en corro y al son de los típicos instrumentos de viento de la cobla. El baile de bastones y la jota de las Terres de l'Ebre son otras danzas populares, mientras que las canciones de habaneras, propias de la costa, recuerdan el pasado de las colonias de ultramar.

Otra manifestación cultural muy relevante es el levantamiento de castillos humanos, costumbre originaria del Camp de Tarragona que se ha ido extendiendo a otros rincones del país. Las 'colles de castellers' rivalizan para formar los castillos de mejor estructura y mayor alzada, de hasta nueve pisos, que se coronan con el 'enxaneta', un niño que, encaramado arriba de todo, levanta el brazo mientras suena la chirimía.

Una combinación perfecta de sentimiento y cultura es la celebración de San Jorge, patrón de Cataluña. Cada 23 de abril las calles se llenan de flores y de libros. Pocos días después, el 27 de abril, se honra a la patrona de Cataluña: la Mare de Déu de Montserrat.

Fiestas (Праздники)

La Fiesta de Sant Jordi, patrón de Cataluña

La vigilia del 23 de junio, la noche más corta del año, coincidiendo con el solsticio de verano, comienza la verbena de San Juan. Es la época en que el sol está en su posición más alta, y por todas partes queman las hogueras que, según dicen, alejan demonios, enfermedades y desgracias, y se escuchan cohetes mientras se come coca y se bebe cava.

Las fiestas de Navidades (Navidades, Fin de Año y Reyes), de cariz especialmente familiar, son muy celebradas en nuestro país, como también lo son, en primavera, la Semana Santa, con la representación de las "pasiones" y la Pascua.

Además de todas estas fiestas, cabe destacar las fiestas mayores que cada pueblo o ciudad tiene señaladas para recordar a sus patrones, con elementos comunes como los desfiles de gigantes y cabezudos, los 'correfocs' con diablos y petardos, bandas de música, fuegos artificiales, etc.

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